La educación es uno de los factores que más influye en el avance y
progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la
educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello
que nos caracteriza como seres humanos.
La educación es necesaria en todos los sentidos.
Para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico;
para nivelar las desigualdades económicas y sociales; para propiciar la
movilidad social de las personas; para acceder a mejores niveles de empleo; para
elevar las condiciones culturales de la población; para ampliar las
oportunidades de los jóvenes; para vigorizar los valores cívicos y laicos que
fortalecen las relaciones de las sociedades; para el avance democrático y el
fortalecimiento del Estado de derecho; para el impulso de la ciencia, la
tecnología y la innovación.
La educación siempre ha sido importante
para el desarrollo, pero ha adquirido mayor relevancia en el mundo de hoy que
vive profundas transformaciones, motivadas en parte por el vertiginoso avance
de la ciencia y sus aplicaciones, así como por el no menos acelerado desarrollo
de los medios y las tecnologías de la información.
En las economías modernas el
conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes de la
producción. Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo
social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento,
tanto el que se transmite con la escolarización, como el que se genera a través
de la investigación. De la educación, la ciencia y la innovación
tecnológica dependen, cada vez más, la productividad y la competitividad
económicas, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.
La experiencia mundial muestra la
existencia de una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los
países, en su sentido amplio, con la fortaleza de sus sistemas educativos
y de investigación científica y tecnológica. Según estudios de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),
un año adicional de escolaridad incrementa el pib per cápita de un país entre 4 y 7%.1
Atrás quedaron los tiempos en que se
consideraba a las erogaciones en educación como un gasto. En la
actualidad, el conocimiento constituye una inversión muy productiva,
estratégica en lo económico y prioritaria en lo social.dEn suma, la educación
contribuye a lograr sociedades más justas, productivas y equitativas. Es
vídeo de la universidad santiago de cali
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